A veinte y seis días del mes de Octubre de mil y quinientos y cuarenta y cinco años se aprobó la Regla de la cofradía de las Angustias y Transfixión de nuestra Señora y Santa Susana y Santa Úrsula, nuevamente ordenada e instituida, pareciendo ser útil y provechosa a las ánimas y conciencias y que incita a devoción y ejercicio de virtud y que los devotos y católicos cristianos se empleen y ocupen en obras de caridad.
Estas palabras se renuevan hoy vivas, muy vivas, en nuestra Obra Social, 475 años después de la fundación de nuestra Hermandad, que hoy conmemoramos. Largo tiempo esperada esta fecha, nos presentamos ante el altar, fieles a la historia, al espíritu que alentó a aquellos veinte fundadores. Siguiendo su ejemplo hoy renovamos nuestro compromiso con Granada, con su Iglesia, con su ciudadanía. Y lo hacemos con la sencillez que exigen las actuales circunstancias, con la sencillez con la que fue fundada esta Hermandad, a la que nos gloriamos pertenecer, con la sencillez de la Virgen María.
Porque Ella es la que ha mantenido firme la llama de la fe, el puerto de la esperanza y el tesoro de la caridad en estos casi cinco siglos de vida de Hermandad, para la que nosotros no somos más que herederos de generaciones y generaciones que vivieron y murieron en la adoración a Jesús Sacramentado y en la veneración a la Virgen de las Angustias. Como ellos hicieron, y nos animan desde la gloria, hoy nosotros con esa sencillez y humildad de los orígenes encomendamos los sufrimientos y angustias provocados por la pandemia en las manos amorosas de nuestra Madre.
Protégenos con tu manto.