Una semana en la que todos los cofrades salimos a la calle para rezar con nuestros titulares… Ya sea con un cirio, un rosario, cargando los kilos en la espalda… Pero no ha podido ser así… Este año nos ha tocado a cada uno rezar desde nuestras casas… Este año no se escuchará el racheo de los costaleros ni romper esas cornetas al son de un himno para Jesús y su Bendita Madre… No se escuchará el rezo de cada Via-Crucis… Pero en realidad se oye más que nunca… Se oye en casa de cada uno, desde el corazón de cada uno… Esos rezos ante esta gran pandemia que se está llevando a tantísima gente… Este año las cornetas se cambian por esos aplausos que cada uno lanza a las 8 de la tarde desde su casa… Ese rosario con cada oración destinada a todos los fallecidos y contagiados por esta gran pandemia… Ese racheo con su Titular cambia de recorrido a cada casa y cada hospital para estar con aquél a quien le hace tantísima falta… Los acólitos este año cambian por esas llamas de fuerza que cada día luchan por parar esta gran pandemia, esas llamas vestidas de uniforme y sirenas… Y el capataz llama… hace falta gente en las residencias, nuestros sanitarios necesitan mascarillas… y Cristo grita… y su Madre llora… y aligeran su paso para coger la mano de un enfermo y secar el sudor de cada sanitario… y llega el Cirineo… y ayuda a soportar la carga… En cada tierra, sus Protectores escuchan esas plegarias que cada uno llevamos en el alma… El Cristo de San Agustín en Granda… y a los pies de cada cama, de aquellos que nos dejan, lejos de sus familias, allí está… acariciando a su hijo… acompañándole en su trance, la Virgen de las Angustias la Reina de Granada… En todas sus advocaciones podemos encontrarlos, nuestros grandes patrones y protectores de todos los hermanos de Andalucía.
Alabado sea Dios y bendita sea María.
Francisco José Larragay Caballero.
Caballero Horquillero.
