Las leyendas de apariciones de imágenes en el entorno granadino, ejemplo de patrimonio cultural inmaterial

Las historias y leyendas perviven por el boca a boca de generación en generación, y no siempre suelen plasmarse por escrito.

Así pues, según lo dicho, encontraremos leyendas que tienen su origen en apariciones de las imágenes en entornos naturales (casi siempre halladas por pastores), otras que son traídas en cajones o arcones por extraños personajes, las que son localizadas realizando tareas agrícolas, las que “hablan”, las que “pesan”, las que se manifiestan en condiciones meteorológicas desfavorables e incluso las que “se dan paseos” por otros lugares. Finalmente, algunas no serían encuadrables en los modelos citados, aunque en su relato muestren detalles que nos puedan resultar familiares en otras tratadas.

Así pues, comenzamos recogiendo la que relata el origen de la Patrona de Granada, la Virgen de las Angustias. La historia más conocida sobre la misma es la que se ciñe al paradigma de escultura traída por extraños personajes. El relato cuenta cómo dos caballeros, que decían proceder de la ciudad de Toledo, llegaron a Granada y se interesaron por hablar con los representantes de la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, que se había conformado por un grupo de hortelanos en 1545. Una vez estuvieron ante el mayordomo y otros miembros de la hermandad, les comentaron que ellos también veneraban en su ciudad de origen la misma advocación. Asimismo, dejarían sin más explicaciones, la imagen. Tiempo después, la hermandad granadina quiso agradecer dicho regalo y se puso en contacto con la de Toledo. La sorpresa fue mayúscula cuando nadie, en aquella ciudad, ni conocía a tales caballeros, ni que hubiesen regalado una imagen, o que tan siquiera hubieran mandado una comisión a la ciudad de Granada. Esta historia, pues, se extendería rápidamente por doquier, quedando en el sentir del pueblo que dos ángeles del cielo habían traído a la Patrona (1).

Si bien esta es la leyenda más extendida sobre la Virgen de las Angustias de Granada, no menos bella es otra historia con tintes de nobleza que muchos no conocíamos y exponemos a continuación. En ella se cuenta cómo una tarde, mientras la gente del pueblo entraba a la capilla a orar, el encargado de la misma vio entrar a una bella señora, engalanada ricamente, y acompañada de dos sirvientes. La mujer, acercándose al altar, se dispuso a orar. El caso es que cuando el ermitaño volvió a reparar en la doncella, los dos jóvenes habían desaparecido, sin que él se hubiese percatado de verlos salir por la puerta de la capilla. Cuando llegó la hora de cerrar la misma y nadie quedaba ya en el lugar, el hombre observó que la señora permanecía orando en la misma postura. Acercándose para avisarle de que era hora ya de cerrar la iglesia, cuál no fue su sorpresa cuando comprobó que lo que parecía una mujer, en realidad era una bella imagen de la Virgen, que sostenía sobre sus rodillas a su Hijo muerto (2).

(1) La historia, que es conocida por todo el pueblo granadino, he querido extraerla de una versión existente en 1633. Archivo del Sacro Monte, Legajo VII, parte II.

(2) CHICA BENAVIDES, A. de la, Gazetilla curiosa, Convento de la Orden de la Stma. Trinidad Calzados, Granada 1764, nº 16 de abril.

 José Antonio Peinado Guzmán

 

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