Hoy voy a hablar del Cuerpo de Hermanas Cofrades de nuestra Hermandad. Este cuerpo se reorganizó en 1982 por Don Carlos Torres Quirantes. Era muy natural y lógico que, siendo uno de los titulares de nuestra Hermandad la Santísima Virgen, hubiera un cuerpo de mujeres que le dieran ese toque de dulzura y delicadeza que es privativo de la mujer. Este Cuerpo, a diferencia de los otros dos Cuerpos de Horquilleros y Palieros, no tiene un cometido específico, por lo cual participa en casi todas las actividades de la Hermandad con gran cariño, entrega y efectividad. Aparte de salir en la procesión, acompañando a la Virgen, su principal obligación, iluminando con su vela la noche granadina de Septiembre, y poniendo una nota de orden y devoción por todos admitida y admirada, toman parte, como ya he dicho, en muchas de las actividades de la Hermandad.
Participan muy activamente en la liturgia de los cultos de Septiembre y en los de todo el año, realizando las lecturas y acompañando al Santísimo, los segundos viernes de mes, en la procesión por la Basílica. Toman parte, en gran número y con mucha entrega y entusiasmo, en la ofrenda floral a Nuestra Patrona el 15 de Septiembre. Asisten con mucha asiduidad a las charlas formativas, convivencias y reuniones que organiza la Hermandad y la Parroquia. Enseñan el Camarín de la Virgen a las personas que vienen a visitarlo. Custodian al Nazareno o al Cristo de la Fe, antes y después del Vía Crucis que se realiza todos los años por Cuaresma. Organizan y participan en gran número en las custodias de la Virgen cuando está fuera de su Camarín. Venden lotería por Navidad y hacen las colectas en la Basílica durante nuestros cultos. Atienden en la oficina de la Hermandad, los Martes y los Viernes, a todas las hermanas que desean algo y a otras personas que buscan información.
Y ahora, desde que en 2015, se puso en marcha la Obra Social, han participado y participan en ella de forma muy activa y eficaz. Como se ve, es un Cuerpo que, sin tener un cometido específico, participa en todo lo que se demanda con una entrega pronta y absoluta, contribuyendo a la buena marcha de la Hermandad, siendo parte importante de la misma y demostrando así el amor inmenso que le tienen a la Madre, la cual preside sus vidas desde el altar que cada una le tiene, le tenemos, en nuestro corazón.
Carmen Muñoz Caraballo