Ayer, día 14 de de febrero de 2025, segundo viernes de mes, tuvo lugar en la Basílica de la Virgen de las Angustias la celebración de la Eucaristía de las veinte horas, y la procesión con el Santísimo por las capillas. Asistió a esta Celebración miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad, presidida por el Hermano Mayor, D. Antonio González Martín, acompañados por numerosos hermanos de los diferentes cuerpos de la Hermandad.
La Eucaristía y la procesión estuvo presidida por D. Cristhian José Hernández Durán, Vicario Parroquial de la Basílica de la Virgen de las Angustias, acompañado por D. David Cuerva, Párroco de Víznar y el Fargue y canónigo de la Abadía del Sacromonte.
D. Cristhian centró su homilía en la frase del Evangelio: “ Pidan al dueño de la mies que envíe obreros a su mies, ya que la mies es mucha y los obreros son pocos” Recalcó que la figura del Sacerdote en la Iglesia es muy importante y que lo que hay que hacer, según un dicho de su tierra, “Es no hablar del sacerdote sino hablar con el sacerdote”, como amigo y ayudante en el camino de la salvación. Insistió mucho en que hay que rezar para que florezcan tanto las vocaciones sacerdotales como para la vida religiosa, ya que en los tiempos actuales existe una crisis muy notable de vocaciones. Terminó su homilía con estas palabras: “…Dios nos toma porque hay mucha gente del pueblo de Dios, que le pide que envíe obreros a su mies, no solamente para que le sirvamos sino también para que nos ayuden y oren por nosotros. Que Dios cuente con nosotros y nosotros con su gracia, así sea”
Terminada la Eucaristía, se tuvo la procesión con el Santísimo, bajo palio, por las capillas de la Basílica, que terminó con la bendición con el Santísimo en la custodia desde el altar mayar. La Basílica estuvo bastante concurrida también de fieles, que siguieron con mucha devoción y recogimiento esta procesión y bendición.
Dña. María Angustias Linares, organista oficial de la Basílica, con el órgano y con sus cantos muy bien entonados, realzó y solemnizó esta celebración, que terminó sobre las nueve y cuarto de la noche.
Crónica y fotografías realizadas por Antonio Joaquín Mezcua Roelas.











